lunes, 21 de mayo de 2007

La fascinación del mal

Este fin de semana se ha estrenado en España "Zodiac", la última película del magnífico director David Fincher y que vuelve a la senda que abrió en 1995 con la soberbia y acongojante "Seven", una verdadera obra maestra del thriller, quizás incluso por encima de la excelsa "El silencio de los corderos". En esta ocasión, Fincher vuelve al turbador mundo de los asesinos en serie o "serial killers", haciendo eje de la trama al misterioso "Zodiac" o "Asesino del Zodiaco", que a finales de los '60 atemorizó a toda California con cuatro asesinatos y un rosario de cartas dignas de las del asesino en serie más famoso de la Historia: Jack el Destripador. Habida cuenta de mi cinefilia y mi afición por la criminología, abordaré esta película desde ambas ópticas.

"Zodiac", en mi opinión, es una película dramática con envoltorio de thriller. Su mayor aliciente argumental es que está basada en hechos reales y quizás ese es también su lastre más significativo, pues Fincher hace una reconstrucción tan magnífica y detallada que dilata en exceso el metraje del film y, en algunos momentos, llega a liar al espectador con tanto nombre y fecha. Se podría analizar de la siguiente forma:
  • Es un documental ficticio de unos sucesos históricos realizado por un maestro del suspense. En "Zodiac", Fincher demuestra una vez más que es un genio en la creación de ambientes y atmósferas propicias para el respingo del espectador, pero creo que si el argumento hubiera sido total y absolutamente ficticio habría exhibido la genialidad que le encumbró en "Seven". Esta vez, el director sacrifica el habitual modelo de "película con asesino en serie" para hacer una sutil pero inteligente reflexión sobre la fascinación por el mal, especialmente peligrosa cuando se transforma en obsesión, como les sucede a los protagonistas.

  • Como puntos fuertes del film, además del excelente trabajo de documentación que rezuma, hay que citar la creíble recreación de los años '60, '70 y '80 , el comienzo de la película (con un ritmo idóneo en la primera hora) y las interpretaciones, más que dignas en su inmensa mayoría (destacando al soberbio Robert Downey Jr y al convincente Mark Ruffalo).

  • En cuanto a sus puntos débiles, y continuando con los actores, he de mencionar a Jake Gyllenhaal, a quien le da igual la película en la que esté porque siempre tiene esa cara de pasmado falto de sueño, síntesis de una interpretación insulsa por más que se esfuerce (si es que lo hace); no obstante, el principal problema de esta película es su metraje (158 min) que, unido a un ritmo lastrado por la minuciosidad, hace que el film empiece a coquetear con el aburrimiento y el empacho, especialmente para aquellos que ya conocíamos el desenlace de los sucesos reales en los que está inspirado. En resumen, "Zodiac" es una interesante película sobre un asesino en serie que decepcionará a quienes esperen un nuevo "Seven".
Cambiando de enfoque y retomando la fascinación por el mal que suscita un asesino en serie, hablaré ahora como aficionado a la criminología en general y los asesinos en serie en particular. Para no demorarme en exceso, recomiendo a cualquier persona interesada en ampliar o entender algunos de mis comentarios que pinche en los diferentes vínculos que verá en lo que queda de artículo. Y ahora, proseguiré, intentando ser lo más sintético posible:
  • La mente humana. Es una fuente innegable de curiosidad y atención y,como con tantas otras cosas en esta vida, es su lado más siniestro el que más acrecienta el interés por estudiarla y comprenderla. De ese tenebroso lugar es del que surgen los asesinos en serie.

  • ¿Nacen o se hacen? Sin duda, los asesinos en serie "se hacen". ¿De qué depende? Pues esencialmente del entorno familiar y social en el que hayan crecido. ¿Cuándo se forja al asesino en potencia? En la niñez y adolescencia y es por eso por lo que el estudio de esas etapas arroja muchas respuestas sobre las motivaciones de los serial killers.¿Cuál es el detonante? En la mayoría de los casos, siempre existe un importante componente sexual, ya sea por alguna experiencia traumática en ese ámbito o por algún complejo o prejuicio, el placer o el impulso asesino de estos psicópatas es una versión desquiciada y aberrante del placer sexual de la gente corriente.

  • Iconos negativos. Los asesinos en serie se han convertido en unos iconos negativos del género humano pero con un poder de fascinación social comparable al de iconos positivos (estrellas de cine y música, políticos, etc). Quien más y quien menos conoce o le suenan ligeramente nombres como Ted Bundy, Wayne Gacy, Henry Lee Lucas, Ed Gein, Jack el Destripador, Erzsebeth Bathory, Gilles de Rois, o nuestros Romasanta y "Asesino de la Baraja". Todos ellos, ya sean contemporáneos o antiguos, asesinos en serie. ¿Cómo una persona se convierte en un monstruo? ¿Cómo se puede detener a alguien así? ¿Por qué actúan y piensan de esa forma? ¿Estas y otras preguntas son las que rodean de un seductor halo de intriga a estos auténticos depredadores humanos, apóstoles de pesadillas y hedonistas del mal.

  • ¿Por qué tienen tanta fama? Además del morbo y espanto que pueden despertar sus andanzas (enfocadas en muchos casos precisamente a alcanzar una dantesca notoriedad), la fama de los asesinos en serie proviene de esa actitud tan inconcebible para una persona normal: se sienten y actúan al margen de la cordura, la piedad, las leyes y las convenciones sociales que todos respetamos y es eso precisamente lo que más "seduce" de estos asesinos, suscitando en la gente normal la innegable sorpresa y, en algunos casos, la insana admiración. En el fondo, el asombro que provoca un asesino en serie no es más que una pregunta que nos hacemos a nosotros mismos "¿Cómo ha conseguido liberarse de todo?" Porque, en el fondo, ellos son tan "personas" como nosotros...Todo varía en función de condicionantes. Nada más.

  • La fascinanción del mal. Queda claro que el mal, en su vertiente más depravada y criminal, genera tanta inquietud como interés y fascinación. Y eso es lo que les ocurre a los protagonistas de "Zodiac": tanto el asesino como los investigadores están seducidos y cautivados por el mal hasta la obsesión, aunque bien es cierto que desde ópticas y actitudes diametralmente opuestas pero igualmente contraproducentes.

  • El mal no se puede dominar pero sí se puede conocer y, gracias a ello, evitarlo o prevenirlo. En el caso de los asesinos en serie, como por ejemplo Zodiac, conocerlos y comprenderlos es el requisito fundamental para detenerlos.

  • Para quien quiera conocer un poco más y mejor a estos monstruosos criminales, recomiendo dos excelentes libros de verdaderos expertos en la materia: "Asesinos en serie" de Robert K. Ressler (auténtico cazamonstruos de fama mundial) y "Diccionario de asesinos" del gran Francisco Pérez Abellán.
Por último, como decían en "Canción Triste de Hill Street": Tengan cuidado ahí fuera.

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