jueves, 24 de mayo de 2007

¡Qué país!

Hay dos noticias que me han dejado asombrado en los últimos días y aún me dura el estupor, pero, como el patio está ya lo suficientemente caldeado merced a la campaña electoral, me las tomaré con humor y así las analizaré.

La primera de ellas es que el Ministerio de Educación ha publicado una guía didáctica para la asignatura Educación para la ciudadanía llamada "Educar en valores". Bueno, hasta ahí todo "normal", descontando que la asignatura es tan innecesaria como ingenua en sus planteamientos. La aberración y el sonrojo viene cuando se descubre que entre las lecturas recomendadas para el tema de la homosexualidad y la homofobia, la institución dirigida por una enjuta señora con pelo de fregona sugiere "Alí Babá y los 40 maricones". Aquí, antes de sentir profunda vergüenza, cualquiera puede sonreír por dos motivos: Uno es el peculiar "homenaje" al cuento infantil; el otro, constatar la paradoja de utilizar un libro con el término "maricones" en su título en el contexto de una asignatura que, entre otros objetivos, tiene el de fomentar el respeto y la educación en general, y, en este caso, a los homosexuales. Guasa tiene, eso sin duda, pero, el bochorno es innegable, máxime cuando uno ve el contenido de la obra que tendrían que leer las criaturitas. Lógicamente, en un alarde de valentía torera, el Gobierno se ha desentendido de la polémica y ha culpado de este apestoso asunto al anterior Ejecutivo de Aznar. Si sigue así, el Gabinete del señor POE no tardará en culpar a Aznar del hambre en el mundo, el calentamiento global, y la explosión de Chernobyl. En fin.


Volviendo al tema, puestos a fomentar la tolerancia universal y concienciación cívica y siguiendo esta interesante línea abierta con "Alí Babá y los 40 maricones", sugiero al Ministerio de Educación que incluya nuevos recursos didácticos como los siguientes: Proyección de películas como "El Cid", con Charlton Heston, para aprender a aceptar y convivir con los magrebíes, "Murieron con las botas puestas" con Errol Flynn, donde se muestra explícitamente el respeto por los nativos norteamericanos; o "Terminator", al objeto de constatar cómo se puede solucionar cualquier problema diplomáticamente. Lógicamente, también deberían incluirse obras literarias fácilmente comprensibles por los chavales: Nada de Shakespeare ni Quevedo. Que la ministra Cabrera encargue los siguientes títulos: "Blancanieves y los siete dotados: El físico en el sexo no importa", "La Bella y la Bestia. La zoofilia también es una opción", "Alicia en el país de las putas. Defensa de la prostitución", "Vida y andanzas del Duque de Feria", "Dejad que los niños se acerquen a mí" de Michael Jackson, "Torquemada o la tolerancia", "El calentamiento global. Memorias ecológicas de una actriz porno"...y tantas y tantas obras que se convertirían en libro de referencia educativa en el país de POE. Con esta exquisita formación, sin duda los infantes saldrán de las escuelas con sobrada preparación para ser tertulianos de "Crónicas marcianas", concursantes de "Gran Hermano", frikis de saldo o papanatas antisistema.


En un país donde existieran un Gobierno honrado y unos políticos con vergüenza, la noticia arriba citada habría ocasionado una cascada de dimisiones. Pero esto es España, el país por excelencia del pelotazo, el conchabeo, el tráfico de influencias y donde un individuo como el señor POE puede llegar a Presidente del Gobierno. ¿Qué cabe esperar de un país así? Pues que elijan como "Español de la Historia" a mi amigo Juan Carlos I. Y esta es la segunda noticia que quería comentar. Ni Cervantes, ni Picasso, ni Colón, ni Dalí, ni Ramón y Cajal, ni Goya, ni Severo Ochoa, ni Quevedo, ni Gregorio Marañón, ni leches. El mejor español de todos los tiempos, Juan Carlos I. Di que sí. Con un par. Yo...¿qué quieren que les diga? Si se trataba de elegir a un gigantón entrañablemente "simple" (por ser educado), pues está Fernando Romay. Si se trataba de elegir a un goliat español, brillante y admirado merecida e internacionalmente, está Pau Gasol. Y si se trataba de elegir a un cómico de altura, está el genial Tip. Claro que, si se trataba de elegir a un tío alto a quien hacer la pelota y poner una alfombra de babas doquiera que pise, ese es Juan Carlos I. Y no les digo nada si uno revisa la lista de los "elegidos" por los españoles como los mejores compatriotas de nuestra historia...Es para enclaustrarse en casa y leer con devoción "Alí Babá y los 40 maricones". ¡Qué país!

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