domingo, 31 de enero de 2010

A duras penas

En estos últimos días, se ha originado una absurda polémica en torno a las reclamaciones del PP (Partido Pírrico) en materia penal: Sopesar seriamente la implantación de la cadena perpetua y modificar la Ley del Menor. Y digo absurda porque, a mi parecer, ninguna reclamación o iniciativa para mejorar la nefasta in-Justicia de este país puede ser tachada de oportunista, populista o inoportuna. Basta tirar de hemeroteca periodística o memoria personal, para ser plenamente conscientes de que nuestra legislación en materia penal es casi tan bochornosa como su cumplimiento de facto y, ante una situación tan socialmente desquiciante y moralmente abisal, cualquier momento es bueno si es para remozarla.

Dicho esto, y en aras a una mejor y más rápida comprensión de mi postura en este tema, dividiré mi pensamiento en los siguientes puntos:

  • ¿Oportuno u oportunista? Que el PP (Partido Pasmado) anda escaso de ideas e iniciativas es algo tan notorio que ya se da por hecho y el único consuelo que les queda a los ciudadanos sadomasoquistas que sigan siéndole leales es que, comparados con el desGobierno del señor POE y los hijos de ZP amancebados en Ferraz, el PP (Partido Papanetero) es Leonardo Da Vinci. Dicho esto, las medidas que proponen las mesnadas del barbudo peliñetido me parecen, per se, enormemente oportunas, por los motivos anteriormente citados. ¿Oportunistas? Bueno, teniendo en cuenta que el PSOE hizo del 11-M una demostración de oportunismo político a un nivel tan superlativo como abyecto (nada nuevo, por otra parte), las propuestas de marras son musitaciones de beata.¿Que todos sabemos que si lo rentable electoralmente fuera defender lo contrario de lo que ahora clama, el PP (Partido Patoso) lo haría? Indudablemente, pero a estas honduras políticas hemos llegado, amigo Sancho. Sea como fuere, mejorar el Código Penal y aledaños para que la Justicia sea algo más que un ideal y la seguridad ciudadana algo menos que un chiste, me parece y me parecerá siempre oportuno, lo diga quien lo diga y cuando lo diga.

  • Penas incumplidas. Yo me pregunto lo siguiente: ¿De qué sirve condenar a un gachó o gachí (la maldad es unisex) a tropecientos lustros de cárcel si luego puede salir a la calle con cierta prontitud por hacer un curso de ganchillo (sustituya "ganchillo" por lo que quiera) o tener "buena conducta" (es que acaso, si la tuvieran mala, les mantendrían en la trena más tiempo del acordado)? ¿De qué sirven las grandes sentencias que, sobre el papel, se convierten en prisión a perpetuidad cuando, a la hora de la verdad, el reo en cuestión pasa casi menos tiempo entre rejas que el que se tardó en juzgarle? ¿De qué sirven las "condenas ejemplares" cuando delincuentes de poca monta cumplen las suyas sin remisión y los criminales notorios (asesinos, violadores, etc.) se ven liberados de las suyas en un lapso de tiempo cuya brevedad rima con connivencia? ¿Por qué vivimos en un país en el cual lo que debería ser norma es excepción judicial? Yo tengo la respuesta: Porque lo único peor que nuestros Jueces son nuestras leyes, pensadas no para preservar la integridad de la sociedad, sino para favorecer la posibilidad de volver a las andadas a unos canallas.

  • La Ley del Menor: Esta Ley, que habría que rebautizar como Ley de la Menor Justicia Posible, es el fruto de la pusilanimidad y el papanatismo de decenas de psicólogos, sociólogos y juristas que ven en los menores unos cándidos seres que pueden delinquir por pura inconsciencia o falta de tutela. "Matar es malo, Jaimito, matar caca, matar no"...Esta Ley sería menos mala si sólo se ciñera a casos de hurtos o gamberrismo, pero la verdad es que ha sido la tabla de salvación de varios asesinos bisoños y violadores de nuevo cuño. Si alguien es lo suficientemente "mayor" para quitar la vida o forzar sexualmente a otra persona, es lo suficientemente mayor para pagar por ello penalmente. La edad, en casos como los que todos nos imaginamos o recordamos, no puede ser jamás un atenuante ni un eximente. Punto. Así de de sencillo. Internar a monstruos precoces en esos hotelitos para bellacos que son los "centros para menores" (ojito al eufemismo) con la esperanza de que salgan convertidos en Gandhi es algo tan ridículo e indefendible que es insostenible. Pero estamos en España, país donde todo (lo malo) es posible...

  • Cadena perpetua: No sé por qué motivo hay tanta gente que se lleva las manos a la cabeza y se rasga las vestiduras cuando se plantea instaurar la cadena perpetua. Supongo que habrá necios que se oponen a ella porque la identifiquen con tiempos pretéritos políticamente adversos. Bien, para todos estos mentecatos de baratillo intelectual, citaré a continuación algunos países que actualmente tienen instaurado este tipo de pena: Argentina, Austria, Australia, Bielorrusia, Bélgica, Canadá, Chipre, República Checa, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Hungría, Irlanda, Israel, Italia, Jamaica, Japón, Kazajistán, Kiribati, Laos, Letonia, Holanda, Nueva Zelanda, Nigeria, Corea del Norte, Pakistán, Polonia, Rumanía, Eslovaquia, Sudáfrica, Suiza, Suecia, Corea del Sur, Taiwán, Turquía, Inglaterra, Escocia, Irlanda del Norte, Estados Unidos, Uzbekistán y Vietnam. Igualmente, hay rabiosos estultos que braman contra la cadena perpetua, alegando que con ella no se consigue nada. Esto es falso. Con la condena a perpetuidad, la sociedad consigue que un malnacido no vuelva a poner un pie en la calle, que un asesino no vuelva a matar jamás, que un violador no destroce la vida a ninguna otra mujer. ¿Es esto no conseguir nada? Porque desde luego que es conseguir más que su adorada legislación actual...Otros mastuerzos arguyen que las cárceles están lo suficientemente masificadas como para permitirse reos perpetuos. ¡Pues construyan más cárceles, señores míos! Así de paso ayudan a los colegas de la construcción y alivian las listas del INEM. ¿O es que prefieren a un criminal en libertad antes que entre rejas? Por si fuera poco, hay quien dice que la cadena perpetua supondría un enorme gasto para las arcas públicas, por todo lo que conlleva. Bien, queridos anormales, tengo una pregunta para ustedes: ¿Qué vale más: una vida humana o mantener encerrado a quien puede destrozarla? Ahorrar en materia de seguridad es poner una alfombra roja al crimen. Por ello, la cadena perpetua tiene tantos beneficios para el conjunto de la sociedad que, por muchas objeciones que se le quieran poner, siempre será beneficiosa.

  • La reinserción...en su casa. Que el Código Penal que tenemos esté encaminado a fomentar la reinserción del delincuente en la sociedad me parece interesante, como cualquier utopía. Pero, en la práctica, me parece uno de los mayores errores que la sociedad está consintiendo desde hace demasiado tiempo y a las hemerotecas me remito. En este sentido, adalides de la bonhomía universal y fervorosos creyentes en la dudosa capacidad de redención humana reaccionan casi con shock anafiláctico cuando alguien pide un endurecimiento de las penas, la instauración de la cadena perpetua, etc, etc, tachando tales legítimas y sensatas peticiones poco menos que de retrográdas o antidemocráticas y abogando por la cárcel como vía de reinserción social. Bien, a todos esos hipócritas defensores, que normalmente son "progres" cuyo nivel intelectual y ético es una sima inescrutable, les solicito yo lo siguiente: Acojan ustedes en sus casas y familias a algún sádico asesino, sociópata o violador compulsivo, una vez salga de la cárcel, a ver qué tal la reinserción...
En definitiva, la situación penal es tan prolongadamente penosa (valga el juego de palabras) que el debate no es si es buen momento para arreglarla sino cuándo no tendremos motivos para ello, porque de este despropósito no sólo surgen flagrantes injusticias sino muertes de inocentes.

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