miércoles, 3 de febrero de 2010

¡Ista, ista, ista! ¡Atila es socialista!

Se veía venir. Un tipo que accedió al poder únicamente por un estado de enajenación mental colectiva y que se mantiene en él gracias a la constante manipulación política y mediática no podía aportar nada bueno al país...y no sólo ha cumplido tal expectativa, sino que la ha superado ampliamente. Viendo lo que ha pasado desde que este espécimen llegó a La Moncloa, me viene insistentemente a la cabeza aquella máxima marxista (de Groucho, no de Karl) "Partiendo de la nada y con su solo esfuerzo, ha alcanzado las más altas cimas de la miseria". Piense en cualquier cartera o actividad ministerial, cualquiera: las palabras "bochorno", "ridículo", "vergüenza", "chapuza" o "desastre" se pueden aplicar indistintamente para definir la pésima labor que ha hecho este desGobierno del señor POE. Pero lo que ha conseguido en materia económica, eso es ya...

Lección de historia económica reciente:
Todo el mundo es consciente de que el socialismo, en este país, es a las arcas públicas lo mismo que el fairy a la grasa, las termitas a la madera, Hitler al sionismo, Bin Laden al Premio Nobel de la Paz, la malaria a la salud, o El Dioni a los furgones blindados. Y se sabe porque los propios socialistas se han encargado de dejar constancia de ello siempre que están en el poder. En resumen, son los gestores ideales a la hora de convertir cualquier bonanza nacional en un páramo y toda reserva económica española en el casco del Titanic. Esto ya se sabía. Lo que no se sabía es que había alguien en las filas del PSOE capaz de hacer buenos a sus predecesores y llevar a España a una situación que calificar de calamitosa sería ser un eufemista...Chulesco y altivo, el señor POE ignoró con temeridad todos los augurios y consejos que le prevenían contra la crisis. Se mofó y desacreditó a todos los que le advertían de la inevitable catástrofe económica que estaba de camino. Puso al mal tiempo esa sempiterna cara de pánfilo consumidor de alucinógenos. Su ignorancia fue tan osada como querer surfear un tsunami.
Aun así, cuando la economía de todo el mundo parecía una manifestación de zombis en busca de la vida perdida; cuando, pese a la gravedad, aún había margen de mejora, el señor POE azuzó a sus secuaces a abrazar con más fervor que nunca el marxismo (el de Groucho) y llevar hasta sus últimas consecuencias la sentencia:
"La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". Desaprovechó una oportunidad magnífica para emprender una reforma estructural del sistema económico español; desperdició una sensacional ocasión para atajar de raíz el rampante e impune poderío de los sectores financiero, bursátil e inmobiliario; desestimó cualquier remedio para garantizar la sostenibilidad de la economía española a corto, medio y largo plazo; no hizo nada más que cerrar los ojos con la esperanza de que, al volver a abrirlos, el monstruo se hubiera ido. Pero no. Godzilla seguía ahí.
Para que no cundiera el pánico, lo mejor que se le ocurrió fue convertir a su Gabinete en una cutre, cañí y socialista caja de Pandora, de la que salieron medidas (en este blog he dado cuenta de algunas, en ejemplos como 1, 2, 3, 4) cada cual, más absurda y polémica que la anterior, con las que consiguió onnubilar temporalmente a la opinión pública.
Mas cuando la musa del disparate hizo las maletas y ya no había maquillaje con el que convertir a la Duquesa de Alba (la España real) en Angelina Jolie (la España soñada), era tan tarde que la suciedad escondida bajo la alfombra superó la cifra de cuatro millones, los Ministros parecían ninots en plena cremá, y la sociedad entera dudaba entre dos acciones que no por justificadas eran menos graves: el suicidio o el magnicidio.
Fin del repaso crematístico

Así las cosas, con un Gobierno empecinado en conducirnos al mayor desastre que ha conocido el país desde la Guerra Civil y con la oPPosición exhibiendo permanentemente su ineptitud para aniquilar y desalojar políticamente a los socialistas, el presente de España pinta como una pelea de negros en un túnel y su futuro invita al optimismo tanto como la integridad física de Stevie Wonder en una reunión del KKK. Con este panorama, las arcas públicas presentan una inquietante iluminación "rojo puticlub" y la Seguridad Social tiene más de polvorín que de garante de tranquilidad venidera.

¿Qué hacer? Decidido a abandonar el perjudicial marxismo (de los hermanos, no de Karl), el señor POE ha asumido como propio el lema nazi "El trabajo os hará libres" ("Arbeit macht frei") para solucionar el embrollo, haciendo que los trabajadores españoles se sientan tan afortunados como los infelices que se dejaban antaño el sudor y la vida en los campos de concentración (hoy llamados empresas). Trabajar más por menos es una ecuación eficaz pero tan injusta como impopular. Si usted, señor POE, quiere que, aprovechando que las baterías duran más que en generaciones previas, los españoles trabajen más años para asegurar la viabilidad de la SS (Seguridad Social, ojo...), me parece sensato y bien, siempre y cuando introduzca las salvedades necesarias para evitar, por ejemplo, a los quintos de Matusalén haciendo malabares en el andamio o asfaltando una autopista en agosto, cosa que no ha hecho pues estaba más pendiente de sembrar el pánico y el cabreo en la ciudadanía. Pero lo que ya es tocar lo que no suena es pretender alargar la base sobre la que calcular la cotización, para menguar las pensiones mientras se parchea la sangría económica, porque eso es estafar (y van...) a los trabajadores. Querer que la vida laboral se extienda mientras la recompensa por ella mengüe es un ejemplo de cuánto de socialista y obrero le queda al partido en el poder, si es que alguna vez ha tenido esa filosofía, porque uno empieza a convencerse de que su "leit motiv", el del PSOE, siempre ha sido, en el fondo, "Roba todo lo que puedas y engaña todo lo que te dejen".

La solución al tema de la resquebrajada Seguridad Social es tan clara, útil y beneficiosa que está fuera del alcance del señor POE y sus secuaces: generar empleo. Algo que, como han demostrado en los últimos años, es una utopía cuando el PSOE está a los mandos de la nave laboral. Si en lugar de convertir la lista del INEM en la lista de Schindler, se hubiera preocupado de generar empleo y los sindivagos no fueran unas desvergonzadas rémoras sin más credo que el del dinero en su bolsillo, otro gallo cantaría a estas alturas...

En fin. Vivimos tiempos de un Gobierno enajenado y esquizofrénico, de una clase política ruinosa en lo intelectual y moral, de una banca riéndose vilmente en su ebúrnea torre, de una casta empresarial perdida en su "Sálvese quien pueda", de una sociedad narcotizada por el desengaño...mientras el país se ahoga en las arenas movedizas de la incompetencia. Así las cosas, dudo mucho que, en España, crezca la hierba tras el paso del señor POE...porque este tipo, como Atila, pasará a la historia como uno de los personajes más funestos que ha conocido este continente, porque lo que hizo el Huno no soporta comparación con lo que está haciendo este otro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es la primera vez que califico un trabajo tuyo, pero este me parece excelente,dices verdades como puños utilizando comparaciones sarcasticas,desacreditando una gestion penosa en todos los aspectos...no refieres insultos ni palabras soeces,aunque las merezca.Excelente y ya que te refieres en tu articulo a la caja de Pandora,dejaremos una puerta abierta al cambio y a la esperanza,que siempre es lo ultimo que se pierde...

Estíbaliz dijo...

¡Como me he reído, primo! Y eso que la veracidad de lo que cuentas, no debería ser motivo de risa.... Pero en fin, al menos parece que la gente empieza a tomar conciencia de lo que pasa....